Friday, December 18, 2009

Meditación

Ese espacio de tu piel
encima del tobillo
--tu zapato se ha comido la media--
es una planicie de oro
con suaves hondonadas.
Cierro los ojos,
me imagino acariciarla
y al pisar tu carne
atravieso valles
de arenas movedizas.
Después de explorar
tu superficie--
te penetro una vena.
Linfa arriba, navego
raudales desconocidos
que no aparecen en ningún mapa
y arriesgo mi vida.
Zurco corrientes peligrosas
altas cataratas
llego al ombligo
del mundo. Allá, a millones
de años luz, parpadea
tu corazón.
Entonces salto
sobre la selva amazónica
navego los estrechos
de los Dardanelos, recorro
las estepas de Mongolia
las capas congeladas
de la tierra, escalo
las Himalayas,
las estrellas
una
a
una
mi adoración
hasta llegar
a ti.

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