Sunday, August 14, 2011

Elegía a la muerte de Andrés Caicedo

A la muerte de Andrés Caicedo

En tu grande y noble deseo de ir a un lugar
Diferente, percibo ese desdén
Ese conocimiento de “il mondo e poco”.
Ahora ha llegado de nuevo la primavera:
Yo quisiera que tus ojos verdigris
Pudieran apreciar el milagro de las tiernas hojas;
Quisiera sostener tu mano y ayudarte a cruzar el río.
Donde tú estás, donde mis palabras ya no te alcanzan
Sé que puedes verme aunque tus cartas
Ya no lleguen entrega inmediata
Ni tus llamadas me despierten a la madrugada.
“Sólo me interesa la pasión que conduce a la muerte”,
Decías en la última. Todas estas noches
Al cerrar los ojos al cielo estrellado
Recuerdo nuestra última tarde juntos
En el tope de una montaña
Nuestros cuerpos desnudos al sol
Maduros e impacientes como frutas salvajes.
Ahora nuestras promesas están truncas
Como los árboles endebles
Que no aguantan el rigor del inverno.
Habíamos planeado escribir un libro
Hacer una película, vivir juntos.
Tú descansas en un cielo azul y calmo
Y quiero recordarte azul y amplio como un cielo.
Querido Andrés, ambos jugamos a la vida
Y ahora la muerte te pasó la cuenta.
Esta nueva primavera cada despertar
Me recuerda que ya no estás entre nosotros.
Yo escribiriré el libro, haré el viaje
Y algún día volveremos a encontrarnos.
De ahora en adelante, donde quiera que esté
Dondequiera que te busque sin encontrarte
Siempre te tenderé la mano para decirte
Que aun te quiero. Esta noche de primavera
Llueve sobre la tierra negra y sé
Que tu corazón escucha las gotas de lluvia
Aunque tus ojos mortals ya no puedan verlas.
Mi corazón es como ese cielo que llora
Mis lágrimas la ligazón entre este mundo y el tuyo.
Tú también, como yo, deseabas el descanso.
Yo también, como tú, me voy poco a poco.
Tú muerte no es una traición. Ni tu me has abandonado.
Cuando la primavera cambia su coraza
El corazón se ajusta a los nuevos elementos.
Espero que tu morada sea amable, querido amigo.
Que los árboles sean verdes.
Que el cielo se abra ante tí sin misterios.
Espero que hayas encontrado el reposo.
Después del hielo del invierno
Estas lluvias primaverales llegan descongelándolo todo.
Yo sé que donde quieras que estés
(Porque no puedo imaginarte en la region del hielo!)
Tú me has perdonado.
El mundo después de todo es poco.
Sólo la primavera como la muerte
Regresa para otorgarnos la vida.
Dime Andrés, ¿es el lugar verde?
¿El campo siempre florido?
¿Y una vez llegado allí
Existe el perdón, la bendicíon del olvido,
La promesa de que el dolor
Como el frío del invierno
Finalmente será abolido?
1979
Jaime Manrique

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